Islandia es un país donde la naturaleza despliega su fuerza en formas tan majestuosas como inesperadas. Uno de los recorridos más emblemáticos para descubrir este poder natural es el Círculo de Oro (también conocido como Círculo Dorado), una ruta imprescindible que reúne algunos de los paisajes más impactantes de la isla. Desde géiseres que brotan con fuerza hasta cascadas imponentes y fallas tectónicas que cuentan la historia geológica del planeta, cada parada ofrece una experiencia única.
Si estás planeando tu viaje a Islandia, o simplemente sueñas con vivir la magia de este rincón del mundo, aquí tienes siete lugares que no puedes perderte en el Círculo de Oro.
1: Parque Nacional Þingvellir
Considerado uno de los sitios más importantes de Islandia tanto por su valor natural como histórico, Þingvellir (Thingvellir) es el lugar donde se fundó el primer parlamento democrático del mundo en el año 930.
Caminar por sus senderos significa literalmente andar entre dos continentes, ya que aquí se encuentran las placas tectónicas de América del Norte y Eurasia. El paisaje, de una belleza sobrecogedora, está dominado por fallas, grietas y el impresionante lago Þingvallavatn, el más grande del país. No te pierdas la grieta de Almannagjá ni el sendero que lleva al mirador de Hakid, desde donde se tienen vistas panorámicas espectaculares.
2: La Cascada Öxarárfoss
Dentro del Parque Nacional de Þingvellir encontramos Öxarárfoss, una cascada encantadora cuyo caudal proviene del río Öxará. Aunque no es la más alta de Islandia, su caída entre formaciones rocosas negras crea una imagen poderosa
La leyenda cuenta que esta cascada fue modificada en el pasado para abastecer de agua a quienes asistían al Alþingi, el antiguo parlamento vikingo. La accesibilidad del sendero y la belleza del entorno la convierten en una parada obligatoria para los amantes de la fotografía y de la historia natural.
3: Geysir y Strokkur
La actividad geotérmica se muestra en todo su esplendor en el área de Geysir. Aunque el Gran Geysir actualmente está casi inactivo, su vecino Strokkur ofrece un espectáculo cada pocos minutos, lanzando chorros de agua hirviendo hasta 30 metros de altura.
El vapor que emerge del suelo, el aroma a azufre y el sonido de la tierra vibrando crean una experiencia sensorial inolvidable. Además, el recorrido está salpicado de pequeñas fumarolas, piscinas burbujeantes y lodos calientes que muestran la fuerza viva que late bajo la superficie islandesa.
4: La Cascada Gullfoss
Gullfoss, «la cascada dorada», es uno de los iconos naturales de Islandia. El río Hvítá se desploma en dos grandes saltos formando un cañón espectacular, mientras las gotas de agua crean un arcoíris casi permanente cuando el sol hace acto de presencia.
La energía que se percibe al acercarse a las plataformas de observación es impresionante. En invierno, cuando parte del caudal se congela, el espectáculo visual es aún más impactante, con la fuerza del agua luchando contra el hielo y la nieve.
5: El Cráter Kerið
Kerið es un cráter volcánico de unos 3.000 años de antigüedad que sorprende por su forma ovalada casi perfecta. Sus paredes rojizas, cubiertas en parte por musgo verde, descienden hacia un pequeño lago de un azul profundo que ocupa su fondo.
Caminar por el borde del cráter ofrece unas vistas magníficas, pero también puedes descender hasta el lago para observarlo desde otra perspectiva. Se cree que Kerið formaba parte de una línea de volcanes que colapsó parcialmente después de una erupción, dejando el paisaje único que hoy contemplamos.
6. La Iglesia de Skálholt
Skálholt fue durante siglos el centro espiritual y educativo más importante de Islandia. Aunque la catedral actual es moderna, el sitio está cargado de historia y simbolismo. Aquí se han encontrado importantes restos arqueológicos y se celebran conciertos de música tradicional islandesa.
Pasear por los jardines de Skálholt y entrar en su catedral blanca es una manera de entender una parte fundamental de la identidad cultural islandesa. Además, el entorno rural que lo rodea, con campos abiertos y cielos infinitos, refuerza la sensación de paz y aislamiento tan característica de Islandia.
7: El Valle de Reykjadalur
Para quienes buscan una experiencia diferente en plena naturaleza, el Valle de Reykjadalur es una opción ideal. Este «Valle del Humo» ofrece una caminata de dificultad moderada entre colinas verdes y fumarolas geotérmicas (una abertura en la corteza terrestre por la que escapan gases y vapor de agua desde el interior de la Tierra). El premio al esfuerzo es poder bañarse en un río de aguas termales que serpentea por el valle, rodeado de montañas y vapor.
Es recomendable llevar traje de baño, toalla y buen calzado, ya que el terreno puede ser resbaladizo, pero la recompensa de relajarse en un entorno tan espectacular no tiene comparación.
El Círculo de Oro: Una Ruta Inolvidable
Recorrer el Círculo de Oro es una forma extraordinaria de conocer lo mejor de Islandia en poco tiempo: naturaleza salvaje, historia, geología y cultura se combinan en un itinerario que deja huella. Cada parada sorprende por su carácter único, mostrando facetas distintas de este país fascinante.
Si quieres vivir esta experiencia de manera organizada y sin preocupaciones, en Viatges Sant Andreu te invitamos a descubrir nuestro tour Islandia Blanca. Un circuito diseñado para disfrutar de lo mejor de Islandia, con todo incluido y la tranquilidad de viajar acompañado. ¿Te animas a descubrir la magia de la isla de fuego y hielo?